Es perfectamente posible seguir amamantando, incluso de manera exclusiva hasta los seis meses, tras la incorporación de la madre al trabajo. La leche materna puede extraerse (de manera manual o usando un sacaleches), conservarse en el frigorífico o bien congelarse. Así mismo, existen diferentes maneras de administrar la leche cuando la madre no está: cucharas de aprendizaje, vasitos, jeringas, biberones… En la mayor parte de las ocasiones no sería necesario introducir antes de tiempo otros alimentos ni otra leche que no sea la de la madre.