El padre constituye un soporte fundamental, tanto para la madre como en el cuidado de los hijos e hijas. Algunos padres se sienten discriminados o apartados porque no pueden dar el pecho, pero pueden participar en el resto de actividades con la criatura, además de ocuparse de otras tareas domésticas y apoyar a la madre durante la instauración de la lactancia frente a comentarios o presiones externas.