Ofrecer los alimentos a nuestros pequeños debería ser una experiencia de aprendizaje más, divertida y emocionante, no una pelea. La finalidad es que conozcan los alimentos, sus sabores y texturas, ya que será lo que coman cuando crezcan. Cuando empiezan a probar la comida su alimento principal seguirá siendo la leche (materna o artificial), no “necesitan” comer sólidos, sino que tienen que experimentar con ellos y disfrutarlos. Esto evitará problemas futuros con la comida y hará de las comidas familiares una experiencia mucho más placentera.
Tanto si se practica la introducción de alimentación en trozos dirigida por el bebé, también denominada Baby Led Weaning (BLW), como si se dan papillas, hay que respetar los gustos de la criatura y su sensación de saciedad. Esto mismo es aplicable a la alimentación en todas las edades.