El próximo sábado Judith Abelenda nos hablará sobre el desarrollo sensorial y su impacto en las relaciones, tenéis aquí la información de la charla.
A continuación podéis leer una pequeña entrevista que le hemos hecho desde Besartean como prólogo a esta actividad, ¡esperamos que os anime a asistir!
– ¿Qué tipo de alteraciones hay en el desarrollo sensorial y cómo pueden afectar a las relaciones?
Hay distintos tipos de alteraciones en el desarrollo sensorial. Algunas tienen que ver con la manera en que el sistema nervioso percibe las sensaciones del cuerpo y del ambiente y puede discriminar el el qué, el dónde y el cuándo de las sensaciones. Cuando todo funciona bien, esta función del sistema nervioso nos permite interactuar usando nuestro cuerpo con el ambiente físico y social en el que nos encontramos. Cuando en cambio hay alteraciones, es posible que nos cueste más interactuar con los objetos y las personas en nuestro ambiente de manera eficaz.
Otra alteración tiene que ver con la manera en que el sistema nervioso percibe la intensidad de las sensaciones. ¿Muy intensas? ¿Tan poco intensas que no las notamos? Una de las funciones fundamentales de este sistema es avisarnos cuando algo a nuestro alrededor presenta un potencial peligro, y nos permite hacer algo para ponernos a salvo.
Cuando esta función del el sistema nervioso marcha como debe, podemos disfrutar de un montón de sensaciones que nos ofrece la vida diaria: que nos meza mamá en sus brazos, explorar la comida, la hierba, la arena, disfrutar de la música y otros sonidos, y nuestro desarrollo es más rico e interesante. Cuando funciona como debe, también nos permite detectar peligro y defendernos de las cosas que son peligros potenciales: una alarma que puede indicar peligro inminente, el contacto con algo filoso que podría hacernos daño o con algo demasiado caliente que nos podría quemar, etc.
Cuando una persona tiene dificultades en esta función, percibe las sensaciones que muchos otros sentirían como inocuas, como demasiado fuertes, o aversivas. Es posible que la persona no sienta placer ante las sensaciones que otros sí notan como placenteras, y que además las sienta como una agresión. Como ante cualquier ataque, real o percibido, nuestro sistema nervioso se prepara para el ataque, o para la huida. Cuando una persona, o un niño pequeño, está constantemente en modo defensa o huida, y percibe como peligro sensaciones inocuas como una caricia, un cambio de ropa, un beso, las relaciones pueden resentirse.
Como para quien lo observa desde afuera, las sensaciones a las que el niño responde de manera defensiva son inofensivas, la respuesta parece incomprensible, lo que resulta desconcertante.
Es frecuente que los niños que tengan este tipo de alteraciones sean extremadamente tímidos y evitadores de situaciones sociales, sobre todo cuando en ellas se encuentran otros niños pequeños, cuyos comportamientos no pueden controlar. Otras veces desarrollan comportamientos controladores y agresivos hacia el entorno. Cualquiera sea la modalidad con la que el niño intenta adaptarse a un mundo lleno de sensaciones demasiado intensas, la conducta observada es sólo la punta del iceberg. La experiencia que la causa está bajo la superficie y es necesario una mirada conocedora de estos procesos para identificar las causas.
– Una vez detectado ¿es imprescindible tratamiento o con el tiempo acaba desapareciendo?
Hay diferentes grados de severidad en las diferencias de reactividad sensorial.
En casos ligeros, es posible que el niño haga una vida normal, simplemente evitando un tipo específico de situaciones.
Hay otros niños que experimentan un grado de severidad tal que toda su vida está impactada por la reactividad exagerada. Es posible que su respuesta exagerada a las sensaciones limite la vida familiar y la familia en su conjunto evite ir a fiestas familiares, fiestas del pueblo, ir de compras a centros comerciales o incluso salir de vacaciones a lugares nuevos. Hay situaciones en las que la vida de toda la familia gira alrededor de las necesidades sensoriales de los niños.
En otras situaciones, los niños desarrollan conductas agresivas y controladoras que hacen difícil para la familia y para el niño, cuando comienza el cole, estar con otros niños y disfrutar de las relaciones sociales. En el área de las actividades de la vida diaria, sobre todo lo que tiene que ver con el aseo y la higiene personal, suele ser un área de gran dificultad.
En estas situaciones es recomendable ofrecer tratamiento, tanto para promover un desarrollo saludable para el niño como para apoyar la vida familiar.
Si quieres leer más sobre la reactividad sensorial en el área táctil, puedes acceder a este artículo y a esta entrada de la web de Judith.