La segunda noche de tu bebé.

En este texto se describen muy bien las sensaciones de madre y bebé en los primeros días tras el nacimiento. La madre necesita descanso, el bebé necesita a su madre… Pueden ser momentos difíciles para ambos.

Si entendemos las necesidades del bebé, estaremos en mejor disposición para atenderlas y con estos pequeños trucos quizá logremos unos periodos de descanso un poco más largos.

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LA SEGUNDA NOCHE DE TU BEBÉ

Eres madre desde hace 24 horas. A lo mejor ya tienes otros hijos, pero, de nuevo, vuelves a ser una madre novata… y ahora es la segunda noche de tu bebé.

De repente, tu pequeño descubre que ya no está en ese útero caliente y confortable en el que ha pasado los últimos 9 meses – y está ASUSTADO aquí fuera. No oye el sonido familiar del latido de tu corazón, el silbido de las arterias de la placenta, el sonido calmante de tus pulmones y el gorgoteo de tu intestino.

En vez de eso, está en una cuna, vestido con un pañal, una camiseta, un gorro y tapado con una manta.

Mucha gente le ha estado cogiendo en brazos y todavía no está acostumbrado a los ruidos, luces, sonidos y olores nuevos. Sin embargo,  ha encontrado una cosa, y esa es su voz. Y te encuentras que cada vez que lo quitas del pecho donde está plácidamente   dormido y lo colocas en la cuna… ¡Él protesta y llora!

De hecho, cada vez que lo vuelves a poner al pecho, mama un ratito y otra vez vuelve a dormir. Y  cuando lo pones otra vez en su cama, llora de nuevo  y comienza a buscarte. Esto ocurre durante horas. Algunas madres están convencidas de que es porque todavía no tienen leche y el bebé está hambriento. Sin embargo, esta no es la razón. Se trata de que tu bebé se ha dado cuenta de que el lugar más cercano a “casa” es junto a tu pecho.

Esta situación ocurre de manera bastante universal entre los bebés. Las consultoras de lactancia han visto que pasa  en todas las partes del mundo.

¿Qué podemos hacer entonces?

Cuando tu bebé se queda dormido después de una buena toma, rompe la succión y saca con cuidado el pezón de su boca. No lo muevas mucho, sólo colócalo en una posición vertical con la cabeza ladeada. No trates de que eructe, simplemente abrázale hasta que caiga en un sueño profundo en el que no se despierte cuando lo muevas. Los bebés suelen

tener un sueño REM primero y después de una media hora más o menos caen en un sueño profundo.

Si comienza a moverse, tal vez quiera volver al pecho y eso está bien… es su manera de relajarse y acomodarse. Durante el sueño profundo, la respiración del bebé es muy suave y regular y no hay movimiento bajo sus párpados.

Otro consejo útil: Sus manos han sido sus mejores amigas en el útero; podía chuparse el pulgar y sus dedos cuando se sentía un poco molesto. Y de repente alguien le pone unos guantes y ya no las tiene. No tiene forma de calmarse por sí mismo con esos guantes puestos. Los bebés necesitan tocar para sentir. Su tacto en tu pecho aumenta tus niveles de oxitocina que ayudar en la eyección de la leche. Quítale los guantes,  no ajustes la manta para que pueda sacar las manos. Tal vez se arañe, pero eso cura rápido. Después de todo, el ya tenía uñas cuando estaba dentro de ti, y entonces nadie le puso unos guantes.

Por cierto, esto también puede ocurrir durante un tiempo cuando llegáis a casa, sobre todo si se han cambiado las rutinas yendo al médico, a la iglesia, al mercado o a casa de los abuelos.

No dejes que esto pueda contigo. Algunas veces los bebés sólo necesitan estar un tiempo extra en el pecho, porque para los bebés, el pecho es “su casa”

Jan Barger, RN, MA, IBCLC, FILCA

Traducción: Amaia Sarriegui. Revisión: Adelina García

© 2016/Lactation Education Consultants

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